El Hotel del Valle Azapa, ubicado en uno de los accesos a un valle agrícola en Arica, aloja hoy a 41 personas en sus instalaciones. A casi 2.200 km al sur, la Casa de San Pablo de Rauquén, una antigua casona que fue un seminario religioso en Curicó, hospeda a cuatro personas.
Ambos lugares, que podría pensarse tienen poco en común, son dos de las ‘residencias sanitarias’ dispuestas por el Ministerio de Salud para enfrentar la emergencia sanitaria por el covid-19.
El último reporte de la cartera indica que son 42 los recintos de este tipo habilitados en el país (ver recuadro). Sin embargo, dicho conteo no considera la situación de la Región de O’Higgins, donde actualmente no hay ‘residencias sanitarias’, luego que la empresa Siete Lunas, que arrendaba tres de sus moteles para los efectos, en San Vicente, San Fernando y Santa Cruz, rescindiera la semana pasada el contrato suscrito con el Servicio de Salud O’Higgins, tras el apedreo a uno de los recintos por personas que rechazaban el traslado de contagiados a ese lugar.
Las más de 2.000 habitaciones individuales disponibles en estos establecimientos en el país se reparten en heterogéneos espacios. Así, por ejemplo, el pequeño hotel Bilbao de Osorno ya llenó sus 11 cupos. En dicha ciudad ya dispusieron de la Casa Betania, propiedad del Obispado de Osorno, para trasladar a casos que lo requieran.
En la Región del Maule, el Servicio de Salud llegó a un acuerdo con el obispado local para utilizar tres casas de retiro, dos en la localidad de Vilches (comuna de San Clemente), que todavía no son ocupadas, además del mencionado exseminario en Curicó: ‘Dispone de 25 camas en habitación privada, con baño para albergar a personas con covid-19 positivo, reuniendo todos los requisitos sanitarios; por lo tanto, las personas que están aquí en aislamiento están muy seguras’, cuenta el director del Servicio de Salud del Maule, Luis Jaime.
Asimismo, tradicionales hoteles han dispuesto un auténtico ‘cambio de giro’ por el coronavirus. El O’Higgins de Viña del Mar, por ejemplo, tras los ataques y la destrucción que sufrió en febrero de este año, hoy es ‘residencia sanitaria’: el Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota asumió la administración del edificio y dispuso inicialmente de 50 camas, que pueden llegar a 322, de acuerdo a la demanda de la emergencia.
Otro caso es el Hotel Terrano, de Concepción, recinto cuatro estrellas con 78 habitaciones, 25 de las cuales están ocupadas actualmente por pacientes con diagnóstico positivo. ‘Quisimos mantenernos vigentes, para resguardar el trabajo de nuestros funcionarios y no permitir que el hotel cerrara, como ha ocurrido con otros establecimientos de la región y del país’, explica Carol Soto, directora del hotel.
En la calle Santa Magdalena de Providencia, en tanto, se ubica el Hotel RQ, uno de los cuatro de la cadena en la capital que fueron habilitados como ‘residencia sanitaria’: ‘El hotel cuenta con 39 habitaciones completamente equipadas, incluyendo cocina, horno y refrigerador. Hoy está utilizado en el 100% de su capacidad’, afirma el gerente general de la empresa, Daniel Yung.
